Allá por octubre de 2001 me encontraba en uno de esos momentos de la vida en los que no sabes si vienes o vas. Había finalizado la universidad (por primera vez), me había sacado el carnet de conducir (el penúltimo de los amigos), tenía mi primera crisis sentimental importante con ligeras infidelidades de por medio y perdía el tiempo mandando cartas a empresas que nunca me contestarían. Puestos a intentar no caer en el "dolce far niente" encontré un trabajo como agente censal, recuerdo que tuve que asistir a un cursillo de formación de tres días y que aproximadamente se cobraban unas 500 pesetas (fue mi primer y último sueldo en la antigua moneda) por vivienda visitada. Recuerdo también, que inicialmente me tocó censar una zona de viviendas de realojo de las cuales huí como de la peste y que al final me dieron unos bloques de pisos muy cercanos al mío. Durante casi dos meses recorrí más de 300 viviendas, en algunas de ellas nunca me abrieron, en otras no me quisieron rellenar los datos (que luego cumplimenté yo en casa, para poder cobrar aquellas 500 pesetas), en otras por el contrario me dieron propina al grito de ¡María, abre la puerta que es el del padrón¡ y en otras coincidí hasta con antiguas compañeras de colegio. Fue una experiencia cuanto menos peculiar puesto que entrabas en las casas de personas con las que te habías cruzado infinitas veces en la calle pero de las que no sabías nada, y de repente te encontrabas en su salón, preguntándoles sobre su estado civil, su edad o su renta anual.
Hay una canción que me hace evocar todos aquellos recuerdos, una canción cuyo video en algunos planos nos muestra una zona de Madrid (la ribera del Manzanares) que ya nunca será igual.
PD: "Que nos va a pasar" (La Buena Vida)
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1 comentario:
La gracia seria que alguna, cobretodo las antiguas compañeras del colegio, te hubieran abierto la puerta con una toalla, o al menos ligeritas de ropa.
J2
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