domingo, 28 de septiembre de 2008

Fuera de lugar

Madrid 4 de la mañana, nos hemos hecho 30 Km y esperado casi una hora para poder compartir las primeras horas de casada con una amiga. Ahora nos encontramos delante de un "puerta" con abrigo el cual nos impide acceder a una discoteca de esas de coches caros aparcados en doble fila. Por fin accedemos al interior, gracias a una RRPP conocida de la antes novia y ahora esposa. Entramos y comenzamos a atravesar un largo pasillo iluminado gracias a la luz proveniente de unas lámparas estilo Luis XV, feas como ellas solas. Dicho pasillo nos muestra un adelanto de lo que nos vamos a encontrar, "seguratas" con pinganillos, musculitos de pecho pelón y camisa desabrochada tres tallas menor de la que necesitan sus pectorales, mujeres neumáticas con moreno de rayos V y paletos que no saben que hacen allí pero que disfrutan con la posibilidad de encontrarse con algún concursante del Gran Hermano 6. Por fin llegamos a la pista de baile, y aquello ya es demencial. Los estereotipos humanos del pasillo parecen haberse multiplicado por 100, incluidos los "seguratas", sólo que además aparecen multiples votantes del PP con el pelo en cortinilla. Accedemos a un reservado donde nos sentimos como animalitos del zoo ante las miradas hirientes de todos esos palurdos que no entienden como se nos ha permitido el honor de acceder a semejante lugar. Tras un tiempo comtemplando a ratos a la prostituta que se encuentra a nuestra izquierda a ratos a los musculitos que chocan las manos en señal de colegueo con los encargados de la seguridad del recinto, buscamos los baños para poder aliviarnos. El camino es duro puesto que hay que atravesar pectorales y más pectorales tanto masculinos como femeninos que en cualquier momento pueden atentar contra nuestra integridad física. Por fin llegamos a la cola de los baños, al frente de la misma otro guardia de seguridad va dando paso según se van desalojando los retretes. Delante nuestro dos niñatas pijas tontean con dos de los votantes del PP, se intercambian números de movil y parece que se emplazan para echar un polvo con el que perpetuar sus respectivos clanes. Al entrar en el baño nos encontramos con una sorpresa, resulta que todo el mundo debe tener ganas de aguas mayores porque lo que son los urinarios están todos libres, aunque descubrimos que las aguas mayores parece que las hacen en grupo porque de cada puerta salen al menos dos musculitos tocándose la nariz de forma sincronizada (supongo que por el olor, vamos digo yo). Volvemos a nuestro reservado donde disfrutamos de dos horas más de espectáculo, ellas pavoneandose de un lado a otro, ellos chocando las manos entre si y mientras impertérrito en mitad de la pista un gogo negro como un tizón moviendo cadenciosamente las caderas. Al final justo cuando ya tenáimos a punto de caer rendida a nuestros pies a la prostituta de nuestra izquierda, decidimos escabullirnos apostando entre nosotros de que esquina saldrá Sergio Ramos. Prueba superada, hemos estado en un lugar de moda y hemos vomitado tan sólo lo justito.

PD: "Dicen que aqui no podemos hacerlo" (Andrés Calamaro)

4 comentarios:

Pijus Magnificus dijo...

Prefiero ir a un mesón, pedirme un tinto y una de jamón, oir las voces en la barra; pedir, si es caso, una de gambas.

J2.0 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Buff, por lo que veo no me perdi gran cosa, eso si lo de vomitar lo justito, no fue mi caso...

Anónimo dijo...

Está lleno de estereotipos. Te soprenderías de cuanto votante del PSOE lleva el pelo de cortinilla.

Eso sí, el sitio un pedazo de antro lleno de egolátras depilados.

Ah, tan chungo era el sitio que era un quiero y no puedo. No había coches caros en la puerta, lo más caro un Z4. Tendrías que ver el que está en calle Velazquez 4.